miércoles, 10 de septiembre de 2014

Caminos.

Ella era orilla, y él, marea. Ella era árbol, y él, pájaro. Ella era la luna, y él, como no podía ser menos, el sol.

Ella soñaba con que él se dejara de idas y venidas. De hoy sí, mañana no. De frases incompletas. De abrazos a medias. De puntos finales seguidos de dos suspensivos. Caricias de puntillas. Preguntas sin respuestas. 

Él vivía en un constante quiero, pero no puedo. Tentando al destino a deshora. Con equivocaciones acertadas. Durmiendo en sus piernas y amaneciendo en almohadas ajenas. Buscando su pelo entre la multitud. Esquivando sus ojos entre la gente.

Y claro, luego estaba el destino. Sí, el destino. Y las casualidades. Y antes de que ella llegara, él ya la había encontrado. Y ella, después de llegar, moría de pena porque él no la había visto. Ni la miraba. O eso pensaba ella. Y cada uno por su camino. Claro que sí, caminos encontrados, pero en distinta dirección.


Cambiemos los mapas, las constelaciones, el girar de la Tierra, los desvíos, las señales, las distancias, las coordenadas geográficas y los caminos.

Pero no cambies tu mirada en mi pelo, que yo no dejaré de buscar tus ojos entre la gente.



- S.


1 comentario:

  1. Hola, me llamo Eugenio Gracia. Soy músico. Con unos compañeros estamos preparando un espectaculo con imagenes. Hemos encontrado una en la red de un cruce de caminos, que nos vendría muy bien Nos gustaría incluirla en el espectáculo y por ello te pedimos permiso, incluyendo al autor en los créditos, por supuesto.

    Espero tu respuesta en uxenio@gmail.com

    Gracias

    E.Gracia

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