martes, 9 de septiembre de 2014

PERDER.

Hoy sigue siendo un día de esos. Sí, de esos en los que por más que buscas, sigues sin encontrar. 

El problema del caer, siempre es el mismo: levantarse. ¿Pero cómo te levantas sin punto de apoyo? Y bueno, luego está la otra cuestión: ¿Cómo sabes que no vas a seguir cayendo?

Lo confieso: he perdido. He perdido muchas veces, y a muchas personas. Hay millones de maneras de perder a las personas, pero nada tan devastador como la muerte. A mis jóvenes 21 años no sabía realmente el significado de esa palabra, a pesar de estar tan presente en nuestras vidas. Pero de repente un día, hay alguien tan tuyo, tan "de hierro", que dejas de ver, y no eres lo suficientemente consciente del hecho hasta que no pasa el tiempo. Y de verdad, es tan rara la sensación que se te queda en el cuerpo y en tu alrededor, que tu interior sólo te pide huir, marcharte.

Así me encuentro en este momento, deseando marcharme y empezar de cero. Tengo a la vuelta de esquina una nueva vida esperándome con los brazos abiertos. Y quizás no todo sea tan negro como lo parece desde este pequeño rincón del mundo, pero, juro que lo que prometía ser el mejor verano de mi vida, de nuestras vidas, realmente me ha quitado más de lo que me ha dado. Y ojalá, ahora no hubiera una estrella más en el cielo alumbrándonos. Y ojalá pudiera escucharte reír... y yo reír contigo.

- S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario