Y entonces se levantó, cogió el móvil y se encontró
dispuesta a poner punto y final a esa historia con la que había soñado tantas
veces, pero que se estaba convirtiendo en una mala pesadilla.
Aquella vez sí que había reunido las fuerzas necesarias para ser ella quien decidiera cual era el rumbo que debía tomar su vida. Se había cansado de ser la única que remara en ninguna dirección y a contra corriente.Escribió el mensaje segura de sí misma, y antes de enviarlo pensó en las consecuencias. Debía pensarlo bien, sino, quizás se arrepentiría de ello. O no. Pero a fin de cuentas, eso, ya era cosa del destino.
“Enviar”.
“Mensaje enviado”.
Y no halló respuesta. Ni en la carpeta de mensajes
recibidos, ni a lo largo de los años.
#microcuento
- S.
Aquella vez sí que había reunido las fuerzas necesarias para ser ella quien decidiera cual era el rumbo que debía tomar su vida. Se había cansado de ser la única que remara en ninguna dirección y a contra corriente.Escribió el mensaje segura de sí misma, y antes de enviarlo pensó en las consecuencias. Debía pensarlo bien, sino, quizás se arrepentiría de ello. O no. Pero a fin de cuentas, eso, ya era cosa del destino.
“Enviar”.
“Mensaje enviado”.
#microcuento
- S.
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