jueves, 11 de septiembre de 2014

Nuevos días.

Tenía los ojitos llenos de esperanza y el corazón de ilusión. En el bolsillo las llaves de la puerta de la confianza. Y el cajón cargadito de seguridad.

Tenía mil razones para sonreír, y muy pocas ganas de recordar las penas. 

Hoy el sol había vuelto a salir guiñándole a ella y a la vida. Y aunque había nubes, no las suficientes para hacerle olvidar que el sol jugaba a esconderse.
La vida le había devuelto la moneda con la cara, y la cruz,... la cruz para quien la quisiera. 

Hoy era otra, con las ganas de siempre, con sus bailes de balcón, con la sonrisa puesta y el corazón dispuesto.

El destino había vuelto para demostrarle que si se caía, tenía que volver a levantarse, pero con más ímpetu. Con nuevos tacones.


Si quieres, te doy la mano, y luego volamos. Prometo llevarte a donde los sueños se hacen realidad. No sé qué pasará allí, pero sí sé que mi mano no te soltará.



- S.

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